martes, 25 de enero de 2011

Dios presente en la vida diaria del matrimonio


Dice Ksawery Knotz con mucha razón:


La vida cristiana de los cónyuges no se limita solamente a la oración, a la conversación sobre Dios, a la participación de la liturgia del domingo. Jesucristo no sólo acude al matrimonio cuando los esposos hablan de Él o rezan juntos, sino también cuando conversan sobre todas las cuestiones de su vida en común, incluso cuando riñen. [...]

Tomar en serio el hecho de que Dios está presente en la unión matrimonial significa que Jesucristo puede acudir a los cónyuges incluso cuando la mujer está preparando un café a su cansado marido. [...] Gracias a una sencilla manera de demostrar el amor, la mujer se convierte en santa, en cercana a Dios. De la misma forma el marido, al ver el cansancio de su esposa, saca la basura; el hecho de realizar esta prosaica obligación doméstica, pero que constituye una expresión de amor hacia su mujer, le santifica.

Jesucristo acude a los cónyuges también cuando se abrazan con cariño, cuando se besan, se acarician y mantienen relaciones sexuales. De esta manera sus cuerpos estimulados participan en el misterio de amor de Dios escondido en los cuerpos humanos. Mientras se obsequian con el placer, Dios está presente entre ellos con el poder otorgado por el sacramento del matrimonio que santifica su relación íntima.

" El matrimonio cristiano, como todos los sacramentos [...] es en sí mismo
un acto litúrgico de glorificación de Dios en Jesucristo y en la Iglesia.
Celebrándolo, los cónyuges cristianos profesan su gratitud a Dios por el bien
sublime, que se les da, de poder revivir en su existencia conyugal y familiar el
amor mismo de Dios por los hombre y del Señor Jesús por la Iglesia, su esposa"
(Familiaris consortio).

[...] Si las personas poseen la vocación de santificarse a través de su matrimonio, eso significa que, para lograr la santidad, es necesario "todo lo que permite expresar, fortalecer y profundizar la unión de los cónyuges. Lo será también la manera de compartir las tareas domésticas diarias, así como la manera de vivir la dimensión erótica del amor; también la pérdida de tiempo en común a la hora de tomar una taza de té en casa y al rezar juntos".

No hay comentarios: