lunes, 23 de agosto de 2010

Estar casado, tener pareja estable, mitiga el estrés...


Para que luego digan: resulta que estar casado o tener una pareja estable reduce la producción de cortisol, conocida como la hormona del estrés, según los resultados de un estudio realizado por las universidades estadounidenses de Chicago y Northwestern entre más de 500 estudiantes de máster y publicada en la revista Stress.

Resultan reveladoras las declaraciones del director del estudio, el profesor Dario Mestripieri:
"Puede que el matrimonio por sí mismo sea estresante, pero parece ser que también hace más fácil enfrentarse a las situaciones estresantes de la vida diaria". De hecho, "hemos demostrado que la estabilidad en la pareja reduce el efecto del cortisol como respuesta al estrés psicológico".
Del medio millar de estudiantes escogidos de la Escuela de Negocios de Chicago, en torno al 40 por ciento de los hombres y el 53 por ciento de las mujeres estaban casados o en relaciones estables y la edad media fue de 29 años para los 348 hombres y de 27 años para las 153 mujeres estudiadas.

Durante el estudio, los sujetos participaron en un test que medía sus capacidades económicas, entregando muestras de saliva antes y después del juego para medir sus niveles de hormonas. Para hacer más "estresante" la prueba, a cada estudiante se le dijo que este test "tendría un impacto muy importante en su futuro profesional", explican los autores.

De este modo, los investigadores estadounidenses comprobaron que los niveles de cortisol estaban elevados en toda la muestra tras realizar el test, aunque las mujeres presentaron incrementos más altos que los hombres. El experimento además hizo descender la testosterona en los hombres, aunque no en las mujeres.

No obstante, lo que más sorprendió a los científicos fue que, con independencia del sexo, las personas "solteras" presentaron incrementos todavía más altos que la media. Por contra, los solteros varones mostraron mayores niveles basales de testosterona que sus compañeros casados.

lunes, 16 de agosto de 2010

"Dios tiene un lugar para nosotros para siempre" BXVI

Aunque la noticia de Zenit, indica de subtítulo en negrita: El Papa recuerda que el cielo no es un lugar físico , en las palabras de BXVI no se encuentra dicha frase, sí en cambio:

“Dios es tan grande que tiene también sitio para nosotros”, en “cuerpo y alma”, afirmó el Papa, explicando el significado de la fiesta de la Asunción y profundizando en el sentido de esta fiesta.

María, explicó el Papa, “se inserta hasta tal punto en el Misterio de Cristo que es partícipe de la Resurrección de su Hijo con toda ella misma ya al final de su vida terrena; vive lo que nosotros esperamos al final de los tiempos”.

“Todos nosotros hoy somos bien conscientes de que con el término 'cielo' no nos referimos a un lugar cualquiera del universo, a una estrella o a algo parecido”, sino que “nos referimos a algo mucho más grande y difícil de definir con nuestros limitados conceptos humanos”.
“Con este término “cielo” queremos afirmar que Dios, el Dios que se ha hecho cercano a nosotros no nos abandona ni siquiera en la muerte y más allá de ella, sino que tiene un lugar para nosotros y nos da la eternidad; queremos afirmar que en Dios hay un lugar para nosotros”, explicó el Papa a los presentes.

Esta realidad encuentra un pálido reflejo en la memoria que las personas guardan de sus seres queridos: “podríamos decir que en ellos sigue viviendo una parte de esa persona, pero es como una sombra, porque también esta supervivencia en el corazón de los propios seres queridos está destinada a terminar”.

“Dios en cambio no pasa nunca y todos nosotros existimos por razón de Su amor. Existimos porque Él nos ama, porque Él nos ha pensado y nos ha llamado a la vida. Existimos en los pensamientos y en el amor de Dios”.

“Es su Amor que vence la muerte y nos da la eternidad, y es este amor lo que llamamos 'cielo': Dios es tan grande que tiene también sitio para nosotros”, añadió.

Pero además, aclaró, no sólo el alma está destinada a la eternidad, sino también el cuerpo: “cada uno de nosotros no seguirá existiendo sólo una parte que nos viene, por así decirlo, arrancada, mientras las demás se arruinan”.

Dios “conoce y ama a todo el hombre, lo que somos. Y Dios acoge en su eternidad lo que ahora, en nuestra vida, hecha de sufrimiento y amor, de esperanza, de alegría y de tristeza, crece y llega a ser. Todo el hombre, toda su vida es tomada por Dios y, purificada en Él, recibe la eternidad”.

Por tanto, afirmó, el Cristianismo “no anuncia solo una cierta salvación del alma en un impreciso más allá, en el que todo lo que en este mundo nos fue precioso y querido sería borrado, sino que promete la vida eterna, “la vida del mundo futuro”: nada de lo que es precioso y querido se arruinará, sino que encontrará plenitud en Dios”.

“Oremos al Señor para que nos haga comprender cuán preciosa es a Sus ojos toda nuestra vida”, concluyó el Papa.


Pues eso, hagamos lo que nos exhorta el Papa: oremos para comprender; yo lo haré.