lunes, 21 de junio de 2010

El Cielo como plenitud...

De la catequesis del Papa Juan Pablo II, el 21 de Julio de 1999: El Cielo como plenitud de intimidad con Dios:
5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas. Somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20).

domingo, 20 de junio de 2010

YouTube - Intereconomia TV - Debate sobre la sexualidad y el amor - 18-06-2010 (1 de 10)

YouTube - Intereconomia TV - Debate sobre la sexualidad y el amor - 18-06-2010 (1 de 10)

La sexualidad y el amor...

El viernes por la noche, la providencia hizo que el "zapeo" pasara por este video que me cautivó. Cuánta razón la de éstos chicos, se necesitan personas que sean capaz de expresarse así...



 
 


A la tertulia de después no me quedé y no puedo decir el nivel de la misma pero tengo que decirlo: preferí quedarme con buen sabor de boca y de mente y me fui a la cama...

lunes, 14 de junio de 2010

¿Se puede sufrir en el Cielo?


Interesante reflexión que traigo aquí sacada de la página: http://www.corazones.org/.

A colación de las múltiples apariciones en las que se nos dice que la Virgen sufre por nosotros, se plantea la cuestión que titula este artículo.

No está muy desarrollada, pero sus leves pinceladas permiten interpelarnos sobre el tema que nos atañe.

Dice literalmente: "[...] La Iglesia define teológicamente que, en la Gloria no se puede sufrir ya que se está en la plenitud de la gracia y la bienaventuranza. Sin embargo, por la comunión de los Santos, sabemos que existe unidad real entre las almas en diferentes estados, los que están en el cielo, la tierra y el purgatorio. Cierto que esta unión no significa que los del cielo sufren necesariamente por los demás, pues la intercesión se puede dar de distintas formas. [...]"

Ahora cabe pensar hasta dónde llega esa unidad real que dice, o mejor dicho cómo se alcanza; porque lo que si parece claro es que es una unión personal (no general o comunal).

Toma nota!

sábado, 12 de junio de 2010

Secretos de los matrimonios felices


Según un artículo de Yusi Cervantes Leyzaola algunos de los "secretos" a tener en cuenta para alcanzar un matrimonio feliz según los expertos son:

* Nutren constantemente su relación.
* Respetan la individualidad del otro, su ser, su personalidad, su desarrollo en el mundo.
* Respetan la libertad del otro.
* Reiteran día a día el compromiso que tienen uno con el otro.
* Son, uno para el otro, los mejores amigos.
* Tienen un intercambio flexible de posiciones de poder. Según las situaciones y de acuerdo con las capacidades de cada quien, a veces uno y a veces el otro ejerce el liderazgo.
* Aun con el paso de los años se mantiene la atracción física.
* La relación sexual es libre, espontánea y satisfactoria.
* Se tocan, abrazan, besan, acarician.
* Tienen sentido del humor, especialmente cuando se trata de enfrentar sus diferencias.
* Expresan lo que sienten y sus sentimientos son validados por el otro.
* Dicen lo que se los ocurre; no se avergüenzan de parecer tontos o ignorantes.
* Dicen claramente lo que piensan cuando algo no les parece correcto.
* Tienen gestos como llamarse al trabajo, comprarse flores o pequeños obsequios,
decirse “te amo”, halagarse mutuamente, planear encuentros juntos, momentos
especiales…

Otros expertos en el tema también han aportado los suyos, los seguiremos reflejando aunque todos dan en el clavo y son semejantes en la estructura... Hala, a hacerse un chequeo!!

miércoles, 2 de junio de 2010

Marcos 12, 18-27


A propósito del Evangelio de la misa de hoy, no puedo por menos de hacer un comentario a propósito. Esta vez traigo a colación las Catequesis de Juan Pablo II sobre el Matrimonio que impartió en las audiencias de los miércoles del año 81 y que están encuadradas en las Catequesis sobre la Teología del Cuerpo que impartió durante muchos meses consecutivos en esos años.

A la lectura (densa, por lo que recomiendo la lectura pausada) de estas catequesis que reflexionan sobre el Evangelio de hoy, puede parecer que se niega la mayor en cuanto al tema de discusión del blog, pero quiero resaltar los tres últimos puntos (4, 5 y 6) de la última catequesis sobre La comunión escatológica del hombre con Dios (16.XII.81).

En ellos matiza el razonamiento simple (me permito calificarlo de esa manera) de que en el Cielo únicamente estaremos "absortos" y "cerrados" a la visión de Dios "cara a cara" y que lo demás no tendrá cabida ni tendría sentido.

Cito:

Esta concentración del conocimiento ('visión') y del amor en Dios mismo
concentración que no puede ser sino la plena participación en la vida íntima de
Dios, esto es, en la misma realidad trinitaria será, al mismo tiempo, el
descubrimiento en Dios de todo el 'mundo' de las relaciones constitutivas de su orden perenne ('cosmos').
Esta concentración será, sobre todo, del descubrimiento de sí por parte del hombre, no sólo en la profundidad de la propia persona, sino también en la unión que es propia del mundo de las personas en su constitución psicosomática. Ciertamente, ésta es una unión de Comunión. La concentración del conocimiento y del amor sobre Dios mismo en la comunión trinitaria de las personas puede encontrar una respuesta beatificante en los que llevarán a ser partícipes del 'otro mundo' únicamente a través de la realización de la comunión reciproca proporcionada a personas creadas. Y por esto profesamos la fe en la 'comunión de los santos' (communio sanctorum), y la profesamos en conexión orgánica con la fe en la 'resurrección de los muertos'. Las palabras con las que Cristo afirma que en el 'otro mundo... no tomarán mujer ni marido', constituyen la base de estos contenidos de nuestra fe y al mismo tiempo requieren una adecuada interpretación precisamente a la luz de la fe.
Y el broche no tiene desperdicio:

Es claro que aquí se trata no tanto del 'cuerpo' en abstracto, sino del hombre, que es, a la vez, espiritual y corpóreo. Prosiguiendo en las dos direcciones indicadas por la palabra de Cristo y volviendo a la consideración de la experiencia del cuerpo en la dimensión de nuestra existencia terrena (por lo tanto, en la dimensión histórica), podemos hacer una cierta reconstrucción teológica de lo que habría podido ser la experiencia del cuerpo según el 'principio' revelado del hombre, y también de lo que él será en la dimensión del 'otro mundo'.
A buen entendedor, pocas palabras... y Fe, mucha Fe.