miércoles, 6 de junio de 2012

Reflexión sobre la Resurrección

Como siempre que el Evangelio de la misa del día nos regala el pasaje de Marcos 12, tenemos la suerte de descubrir nuevos comentarios acerca de la realidad del Cielo y de la esperanza en la resurrección.
En este caso nuestro querido Papa Benedicto XVI indicaba cuando era Cardenal:
El cristianismo no promete tan sólo la salvación del alma, en un más allá cualquiera donde todos los valores y las cosas preciosas de este mundo desaparecerán como si se tratara de una escena que se hubiera construido en otro tiempo y que desaparece desde aquel momento. El cristianismo promete la eternidad de todo lo que se ha realizado en la tierra.
Dios conoce y ama a este hombre total que somos actualmente. Es, pues, inmortal lo que crece y se desarrolla en nuestra vida ya desde ahora. Es en nuestro cuerpo que sufrimos y que amamos, que esperamos, que experimentamos el gozo y la tristeza, que progresamos a lo largo del tiempo. Todo lo que se desarrolla así en nuestra vida de ahora, es lo que es imperecedero. Es pues, imperecedero lo que hemos llegado a ser en nuestro cuerpo, lo que ha crecido y madurado en el corazón de nuestra vida, unido a las cosas de este mundo. Es «el hombre total» tal cual está situado en este mundo, tal cual ha vivido y sufrido, el que un día será llevado a la eternidad de Dios y tendrá parte en Dios mismo, por la eternidad. Es esto lo que debe llenarnos de un gozo profundo.

Como se ve tampoco Ratzinger veía posible la separación en la Eternidad de aquello en lo que ponemos nuestro corazón, nuestro tiempo, nuestras fuerzas, nuestro esfuerzo y nuestro amor; pues es parte inseparable de nuestra Vida.
Ahora que cada uno encuentre en dónde se halla su corazón.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que pasará con el amor eros entre los esposos después de la Resurrección?
Porque tendremos órganos genitales dado que no tendremos necesidad de ellos, ya que según escuché no habrá procreación? Es difícil imaginar seres sexuados en el Cielo pero sin algún tipo de atracción entre hombre y mujer. La resurrección significa la restauración de la vida real de la corporeidad humana, que se sometió a la muerte en su fase temporal. Parece extraño que el sexo genital se excluye automáticamente de la escatología. Hay posibilidad de relación física en los cielos nuevos y la tierra nueva con los cuerpos de resurrección?

Una vez leí que a pesar de que el cuerpo resucitado no necesitará comida para sobrevivir, habría alimentos como un medio de comunión y para experimentar el universo a través de nuestras papilas gustativas. Del mismo modo, a pesar de que no será necesario para la reproducción, si habrá sexo entre "cónyuges" para su intimidad, unitivo y el placer mutuo.

¿Que acerca de esto?

Chema dijo...

Interesante reflexión Eduardo, que intentaré comentar en una nueva entrada.
Sólo comentarte que no creo que el sexo genital se excluya de la escatología, sino que la escatología no ha cubierto (y es difícil que quizás llegue a hacerlo algún día) todos los matices de la Vida resucitada. Algo se ha comentado como dices, pero de una forma muy tímida quizás obstaculizada o condicionada por las palabras de la primera carta de San Pablo a los Corintios: "lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman".
Además, respecto el tema de la sexualidad y la espiritualidad conyugal, me atrevería a decir que es muy poca aún la repercusión eclesial que tienen las catequesis de San Juan Pablo II y su Teología del Cuerpo, y por lo tanto aún queda mucho camino teológico al respecto por descubrir. ¡Si todavía estamos descubriendo la Teología del Cuerpo aquí en la tierra, cuánto nos queda por pensar la del Cielo!
Una cosa es segura, afianzando la primera podremos ir descubriendo la futura. Esperemos -y así lo pedimos- que el Sínodo de la Familia convocado por el Papa, nos ayude en este sentido.