martes, 10 de noviembre de 2009

En el cielo...

Además de la felicidad esencial que procura a los bienaventurados
la visión beatifica, ¿no hay para ellos una felicidad accidental?
Sí: hay una felicidad accidental, y gozos que provienen de la contemplación de la sacratísima humanidad de Nuestro Señor Jesucristo, de la vista de la Santísima Virgen, de las relaciones incesantes que tienen entre sí y con los ángeles. Se conocen, se aman, viven en las mismas dulces relaciones de fraternidad. Cada uno participa de la dicha de todos y todos de la de cada uno. Reinan con Cristo sobre toda la creación visible.

¿Se reconocerán los bienaventurados en el cielo?
Es creencia de los doctores y santos que los afectos legítimos de la tierra reviven en el cielo, y que los que se han conocido y amado en esta vida, tienen la dicha de reconocerse y amarse en la otra.

Del compendio doctrinal de la web del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote.

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